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valentina.moya

​ Sin química no hay amor ¿Qué tiene que ver la ciencia con el amor?

 Sin química no hay amor
¿Qué tiene que ver la ciencia con el amor?

... porque es fuerte el amor 
como la muerte, 
tenaz, como el sol, la celosía. 
Flechas de fuego son sus flechas, 
Sus llamas, llamas de Yavé 
El Cantar de los Cantares (h. 900-300 a. de G.)

 

Enamorarse es una de las experiencias físicas más potentes en la vida humana. El amor romántico no solo está acompañado de cambios psicológicos, sino también fisiológicos. En el marco del Festival Internacional de Artes Eróticas del Instituto Distrital de las Artes – Idartes, el Planetario de Bogotá ofrecerá encuentros que le aporten a las discusiones desde las ciencias, como Química del Amor, que se presentará el jueves 11 de agosto a las 4:30 p.m.

Siguiendo su olfato Angie Rodríguez, conocida como Rosil, docente, licenciada en Química con maestría en Estudios Artísticos de la Universidad Distrital, creó un proyecto de investigación alrededor del olfato. Para ella, las artes y las ciencias no deberían excluirse entre ellas, sino complementarse como una estrategia para entender el mundo en el que vivimos. “Creo que son lenguajes distintos que apuntan a un mismo objetivo y es la producción de conocimiento. ¿Para qué? Para vivir mejor, para encontrar maneras de relacionarnos con el entorno, con otros humanos y con especies no humanas”, cuenta Rodríguez, quien se interesa por el olfato, uno de los sentidos olvidados en esta sociedad que sobrevalora la visión por encima de otros sentidos. 

La investigadora se refiere a este fenómeno que exalta la vista como “el régimen escópico, que es el que rige la mirada, cómo se ven las cosas y tal vez cómo suenan”. Pero el olfato está en todos los ámbitos de la vida, y en el amor sí que está presente. 

¿Cómo es eso de que el amor está enraizado en la arquitectura y la química del cerebro humano?

“Lo que sentimos al enamorarnos es la consecuencia de una activación en diferentes regiones del cerebro que producen unas sustancias que afectan la manera en que nos relacionamos con los demás. 

Ahora, el amor romántico es una construcción más cultural y social en donde nosotros, a partir de la manera en que hemos vivido y aprendido a vivir, tenemos unas expectativas respecto a las relaciones amorosas. El amor romántico es un sentimiento humano universal producido por un cóctel de sustancias químicas y estructuras específicas del cerebro. El amor es como una puerta, es casi un impulso o un comportamiento biológico que compartimos los humanos. Todos y todas tenemos la capacidad de enamorarnos”, cuenta Rodríguez

Pero, ¿específicamente qué sustancias producen eso que llamamos amor?, ¿es como una adicción? Al parecer, cuenta Helen Fisher en su libro ¿Por qué amamos? (Editorial Taurus, 2004), la intervención de la dopamina puede incluso explicar por qué los hombres y mujeres enamorados se vuelven tan dependientes de su relación romántica y por qué ansían la unión emocional con su amado. Además de los niveles elevados de dopamina en el cerebro producen una gran concentración de la atención, también el éxtasis, otra característica destacada de los amantes, también se asocia a la dopamina. La dependencia y el ansia son síntomas de adicción y todas las adicciones importantes están asociadas con altos niveles de este neurotransmisor. 

Rodríguez agrega que el enamoramiento es como una adicción, una especie de feliz dependencia cuando el amor es correspondido y una ansiedad dolorosa, triste y a menudo destructiva cuando se ve rechazado. “En este proceso hay un ciclo biológico que involucra una producción de sustancias biológicas para las que estamos programados y programadas. Todo tiene una función biológica y lo veremos en la charla, pero el amor no es solamente química”.

En su charla se explorarán olores, ¿a qué se debe que unas personas nos huelen mejor que otras?

“El olor es uno de los elementos clave del enamoramiento, porque es un sentido mudo pero directo y contundente. Cuando el olor llega provoca sensaciones, genera un cambio de ánimo, tiene efectos en las personas. No pasa desapercibido. Aunque no necesariamente estamos hablando con frecuencia del olor, sí solemos hacer apreciaciones de este. Oler está asociado a una acción vital que es respirar. No hay respiración que no venga acompañada de un olor.

Todas las personas con las que nos hemos relacionado tienen un olor y nosotros percibimos ese olor y hemos creado alguna valoración o percepción sobre ese olor de manera consciente o inconsciente. 

Ahora, ¿por qué hay olores o personas cuyo olor nos parece más agradable o desagradable y esto cómo influye en las relaciones amorosas? Gran parte tiene que ver con el sistema inmune y la búsqueda de diversidad genética, el que nos ayuda a defendernos en el mundo. Hay estudios que han explorado este tema a profundidad. En este proceso serán importantes las feromonas, por ejemplo, sustancias químicas secretadas por los seres vivos con el fin de generar comportamientos específicos en otros individuos de la misma especie. Y aquí el olfato es importante. También hablaremos de cómo en la intimidad entre parejas, su sudor y aroma crea lazos y los afianza; hay mucho desconocimiento sobre cómo funciona nuestro cuerpo.

Después de la pandemia se redujo el contacto y algunos no nos estamos olfateando debido a la vida digital. ¿Cómo puede afectar esto el erotismo?

Después de la pandemia muchas personas quedaron sin olfato, o con este reducido, y no es un problema del bulbo olfativo, sino de conexiones neuronales. Hago terapia olfativa y con ella exploramos la reactivación de este sentido al exponerlo a diversos olores, porque volver a oler es recordar. Es necesario hablar cómo nos afecta. Es positivo que el Festival Internacional de las Artes Eróticas hable del amor y del erotismo en un país que solo hablaba de guerra. No hemos sido educados en amar. Ahora hablamos de responsabilidad afectiva pero tambaleamos en el camino. Este tipo de espacios acercan a las personas a la cotidianidad, en este caso, sobre el oler, respirar, amar. 

Finalmente, una invitación. ¿Por qué ir a su charla?

En este encuentro nos acercaremos al amor desde la química con el fin de comprender qué sucede cuando nos enamoramos y no entrar en pánico. El espacio en el que se dará también deja un mensaje: aunque se supone que un Planetario o la astronomía están buscando explicar el afuera, el universo interno también requiere ser explorado. Qué bueno abrir estos espacios que vinculan el arte y la ciencia, pero también la inquietud social y política. Estos espacios son convenientes para empezar a construirnos como una sociedad más amorosa. 

Redacción: Helena Cortés Gómez
 

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