Reseña
andrea.uribe

Cosmotheoros 

Convendremos, por lo tanto, en que tienen manos o, en su defecto, algún miembro similar que sirva a tal fin. 
Christiaan Huygens 

Cuando el Cosmotheoros fue publicado en latín y en inglés, su autor, Christiaan Huygens llevaba tres años muerto. Era 1698 cuando este tratado de la vida extraterrestre salió de la imprenta y honró, por fin, el trabajo de imaginación e investigación que Huygens había emprendido muchos años antes. Su propuesta iba así: hacer conjeturas relativas a los mundos planetarios, sus habitantes y producciones y escribir un libro a punta de datos de investigaciones científicas de la época, de teorías para él posibles y de mucha imaginación. 

Es un libro de capítulos pequeños que se dividen por temas reflexivos. En el ‘Libro 1’ el autor idea alrededor de temas generales que van desde el agua hasta el placer y piensa cómo elementos así pueden manifestarse en otros planetas y en el ‘Libro 2’ es más específico y habla de las características de cada planeta y las posibilidades y la morfología de la vida allí. Esta edición, además, está acompañada de suficientes pies de página para actualizar el tratado y dar contexto sobre el avance en los temas relacionados a la astronomía que utiliza Huygens para justificar sus conclusiones sobre estos “animales planetarios”. 

El libro, leído hoy con las ideas de su tiempo resulta problemático; habla de dios como un ente indispensable para otras vidas y de la supremacía del hombre, como si fuera la medida de todas las cosas y como si solo sus capacidades y su forma fueran muestras del avance de la inteligencia. Pero en su escritura hay también cierta humildad y optimismo y la certeza de estar habitando un buen mundo que permite, a través del conocimiento, catapultar a la humanidad a otras realidades que una vez descubiertas suscitarán sorpresa tanto de lo exterior como de lo ya conocido. “De modo que, igual que sucede con quienes viajan a países lejanos, tendremos mejor criterio para juzgar lo que se hace en casa, para saber cómo evaluar y cómo otorgar valor a cada cosa”, escribe Huygens. 

La edición de Jekyll & Jill cuenta con ilustraciones hechas por Alejandra Acosta puestas en el libro como insertos –láminas, un plegable, un bestiario– que constituyen su interpretación de cómo podrían verse estos “animales planetarios” y cuál es la forma de esas características que Huygens cree comunes entre lo que puede observar en la Tierra y lo que podría observarse afuera. Él imagina una vida algo parecida a la nuestra; con escritura, manos que crean, geometría, agua corriente y un dios, pero a pesar de las similitudes logra reconocer que con esas posibles vidas extraterrestres tendríamos gestos, formas, sentidos y límites impensables y con esto un universo más diverso.

Cosmotheoros 
Christiaan Huygens 
Jekyll & Jill
213 páginas 

 

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